sábado, 3 de enero de 2015

Un grupo de madres y padres, encabezados por Gema Pérez y Leticia Cardenal, nominados a los segundos premios EL FARADIO AL ESPíRITU CRITICO.

DE SANTANDER A LAS GILDAS PASANDO POR LA EDUCACIÓN: CAMBIOS EN LOS MOVIMIENTOS

30 DE DICIEMBRE DE 2014. POR 
La crisis ha espoleado un incipiente movimiento social en la calle, con modelos que rompen el clásico esquema de la asociación específica, tendiendo más a plataformas por un tema concreto que suman varias sensibilidades (fracking, desahucios, preferentes…).

Es un nuevo modelo que se viene aplicando con más fuerza y protagonismo desde el inicio de la crisis, que ha llevado la libertad de sentirse capaces de movilizarse hasta extremos difícilmente imaginables hace apenas dos años, como prueban muchos de los nominados a la segunda edición de los premios El Faradio al Espíritu Crítico.

LOS NUEVOS MOVIMIENTOS EN SANTANDER


Hasta tal punto que se ha trastocado algo que parecía inmutable: el tejido vecinal en Santander. La capital cántabra parecía ajena a la crisis y los problemas, con un conglomerado de asociaciones vecinales que se movían entre el silencio y el aplauso fácil, se desconoce si desinteresado, al equipo de Gobierno municipal.

Sin embargo, la llegada de la PAH, primero –hace ya dos años–, y la expropiación de Amparo, la vecina de Santander de 86 años de edad, afectada por la construcción de un vial en Las Llamas rodeado de cuestiones llamativas (las empresas adjudicatarias o los sobrecostes afeados por el Tribunal de Cuentas en un proyecto idéntico en la zona, en beneficio de una de ellas), ha impulsado una inusual agitación en la capital.
Ha habido de todo: protestas, recogidas de firmas, manifestación en la inauguración del Mundial, incluso una acampada en su finca este verano. La situación sigue sin resolverse, pero ha conseguido crispar los ánimos en el equipo de Gobierno.
Sobre todo, hay una pérdida del miedo a protestar (en la fórmula Ramiro Pinilla, una recuperación de la dignidad) y una mayor conciencia de las propias capacidades, como las que están poniendo en práctica los ciudadanos críticos con las obras de la senda costera o los que están preocupados por la especulación en el Prado San Roque-Río de la Pila, sin olvidar la acción de Deba (la Plataforma en Defensa de la Bahía de Santander), que este 2014 ha denunciado sin éxito los privilegios urbanísticos del Centro Botín, o el papel llamado a jugar por Abora Cantabria, el movimiento fundado por los exregionalistas Paco Sierra y Conchi Solanas, con importantes conexiones en los barrios.
Las agresivas obras en el proyecto de senda costera entre Cabo Mayor y la Virgen del Mar, combinadas con una inacción de las asociaciones más oficiales llevaron a un grupo de vecinos y organizaciones a agruparse. Han hecho de todo: desde denuncias a propuestas pasando por parar ellos mismos unas obras que se les había dicho que estaban paradas hasta, al final, ser condenadas con el ninguneo municipal.

Y en el Prado San Roque-Río de la Pila, son muchos los que ven avanzar la combinación de nuevos proyectos urbanísticos privados y (ahora sí) municipales con una serie de preocupantes noticias sobre expropiaciones y desalojos de sus viviendas, todo en un barrio que durante años sufrió desatención o maltrato, y del que temen ser expulsados ahora que la codiciada zona mejorará gracias al apoyo público a las acciones privadas.
Porque sí, en el Nuevo Santander el hilo conductor de las reivindicaciones ciudadanas es el urbanismo, una visión del urbanismo que ha tenido su máximo reflejo en el convenio para el promontorio de San Martín, con plazos agilizados al extremo para que la empresa responsable (de la que formaba parte en su mayoría Sadisa) no perdiera la edificabilidad prevista y con realojos a medida para los propietarios, en un duro contraste con el caso de Amparo.

LOS COLECTIVOS POR LA EDUCACIÓN PÚBLICA

Gema Pérez ganó en la FAPA
Gema Pérez ganó en la FAPA
También está pasando algo en el mundo de la educación: allí, en las aulas, donde el sindicato más crítico, STEC, se impuso contundentemente en las últimas elecciones del sector, allí, decimos, un grupo de padres consiguió un cambio en la FAPA, la federación de asociaciones de padres de alumnos, derrotando al candidato continuista con el eterno Vilches.
Y rompiendo además la inercia cántabra de sucesiones controladas en las organizaciones en las que para las elecciones se tira del ya clásico decálogo de irregularidades, como bien se demostró en el proceso electoral de Cantabria Metal de una Ceoe-Cepyme que no termina de encontrar la estabilidad.

Decálogo que no llegó, por los pelos, a producirse en la Universidad, donde los avisos de irregularidades (censo, etc…) en las elecciones a estudiantes provocaron que los alumnos más críticos se unieran en la candidatura ‘Estudiantes por la democracia’, que acabó venciendo en la contienda electoral en unos resultados que han acabado con denuncias.
El escrache a Diego en la UC
El escrache a Diego en la UC
Y, dentro de la educación, en la universidad también ha habido lo suyo: allí se produjo el escrache al presidente cántabro Ignacio Diego, con agresiones de escolta presidencial a participantes incluidos, que desembocó en imputaciones judiciales y en una plataforma específica de los afectados.





LA REINVENCIÓN DE LAS GILDAS

Todo mientras se reinventaban movimientos con solera, de esos que estaban ahí cuando ahí no había casi nadie, como Las Gildas, que sería muy reduccionista definir como pinchos solidarios, y que han dejado la comodidad de un escenario concreto para volverse itinerantes: cada cita, un lugar y una causa concreta que contribuyen a visibilizar ante su fiel público.
Llevan ahí desde 1998, han pasado por Las Gildas más de 100 mujeres y todo lo que recaudan lo destinan a proyectos solidarios, que aporten un planteamiento transformador de la realidad, y que cuestione el actual sistema neoliberal y globalizador.
Tienen la premisa de trabajar para mejorar una comunidad. Así, apoyan apoyan una casa de acogida de niñas y adolescentes con alta vulnerabilidad en Tiluchi, Bolivia.
En coordinación con Cantabria por el Sáhara, apadrinan camellas para abastecer de leche, carne y lana a la población de los campamentos de Tindouf, creando empleos directos e indirectos.
En Haití, han ayudado a crear casas de acogida principalmente para niños.
Y en Palestina, ofrecen orientación legal a presos palestinos y sus familiares en Gaza, en un proyecto en el que se coordinan con INTERPUEBLOS (España) y ADDAMEER (Israel).
Es ese tipo de compromiso con el entorno más directo y su capacidad de evolucionar respecto a modelos clásicos lo que se quiere reconocer con los premios El Faradio al Espíritu Crítico, cuyos resultados se conocerán a la vuelta de las vacaciones.